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¿Por qué elegir un psicólogo "clínico"?



Un psicólogo clínico es un profesional de la salud licenciado (o graduado) en psicología que se ha especializado en la rama llamada Psicología Clínica. Actualmente, la única forma de conseguir ese título es mediante Formación Sanitaria Especializada del Sistema Nacional de Salud. Ésta consiste en cuatro años de contrato laboral + formación que se realiza en hospitales públicos, centros de salud mental, tanto de adultos como de niños y otros centros similares. Tras esos cuatro años atendiendo pacientes, familias y grupos de todo tipo, el psicólogo clínico obtiene la acreditación de que está capacitado y es el responsable de realizar el diagnóstico, evaluación, tratamiento y rehabilitación de los trastornos mentales, emocionales, relacionales y del comportamiento que causan malestar a las personas que vienen a consulta.

Las plazas ofertadas cada año para acceder a esa formación son muy limitadas (la última convocatoria fueron tan sólo 128) y para conseguir una hay que superar un examen a nivel nacional al que se presentan alrededor de 4000 psicólogos. Por tanto, si el psicólogo que le atiende es un especialista en psicología clínica ha de saber que lleva, como mínimo unos 10 años entre formación y experiencia laboral a sus espaldas.

Según la Ley 44/2003 de Ordenación de Profesiones Sanitarias, esta especialidad es requisito indispensable para tratar pacientes en consulta privada y la única forma de hacerlo en la sanidad pública. Esto quiere decir que, salvo algunos psicólogos que llevaban años trabajando cuando salió esta ley y que demostraron su experiencia clínica atendiendo pacientes (y se les otorgó la especialidad de manera extraordinaria), NO está permitido que el resto de psicólogos, sean sanitarios o no, ejerzan la psicología clínica, es decir, que lo evalúen a usted, lo diagnostiquen o traten sus trastornos o dificultades mentales, emocionales o del comportamiento, pues no tienen las competencias adecuadas para ese fin. No obstante, la evaluación no es exclusiva de los psicólogos clínicos, sí lo son el diagnóstico y tratamiento.

Hay, sin embargo, otras formas de que un psicólogo sea considerado sanitario. Mediante la realización de un máster oficial de 2 años en el que, tras 600 horas de teoría y 150 de prácticas se le otorga al graduado el título de Psicólogo General Sanitario. Según la Ley General de Salud Pública 33/2011 donde se autorizó esta formación, las funciones del psicólogo general sanitario han de ser la investigación, evaluación e intervención psicológica sobre aquellos aspectos del comportamiento y la actividad de las personas que influyen en la promoción y mejora de su estado general de salud, siempre que dichas actuaciones no requieran una atención especializada por parte de otros profesionales sanitarios. Esto quiere decir que han de estar centradas fundamentalmente en la promoción de la salud y en la prevención de la enfermedad (más que en el tratamiento de los trastornos mentales propiamente dichos) y su actuación profesional no debe invadir el ámbito de los profesionales sanitarios especialistas. *

No obstante, existen psicólogos clínicos que no hicieron el PIR (porque ya estaban ejerciendo antes de que este sistema se creara) y también hay psicólogos con habilitación sanitaria que no han realizado el máster. Por otro lado, también hay otros tipos de psicólogos que se dedican, sin especialidad reconocida pero con formación y práctica especializada y a veces procesos de selección específicos, a la psicogerontología (edades avanzadas y sus patologías mentales), neuropsicología, adicciones, recursos humanos, psicología forense, intervención social, psicología educativa, etc. La calidad de la atención a la salud mental es algo que cada vez está adquiriendo más relevancia en el ámbito de la psicología, generando debates internos importantes acerca de los límites entre diferentes titulaciones.


En definitiva, cuando acuda a consulta, exija que quien lo trate tenga las acreditaciones convenientes para ello. Generalmente, un psicólogo clínico es el profesional legalmente competente, con la mejor formación y experiencia para atender sus problemas psicológicos.


* Frase tomada de Echeburúa, E. y otros. Behavioral Psychology / Psicología Conductual, Vol. 20, Nº 2, 2012, pp. 423-435.

Dedico tiempo, cariño y esfuerzo en las palabras que vuelco en este lugar. Gracias por pararte a leerme.

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